Alfredo Valle Degregori, el extinto lingüista de origen peruano, acuñó el término «coma criminal» para hacer referencia a aquellas comas que se colocan entre el sujeto y el verbo. A este tipo de coma también se la conoce como «coma asesina».
Existen otras formas (más concretas) de referirse a ella:
- Coma entre sujeto y predicado.
- Coma entre sujeto y verbo.
Se trata de una coma tan entrometida que, incluso, a las personas más cultas se les cuela muy habitualmente.
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Como redactora SEO y Copywriter, hay errores ortográficos que no me puedo perdonar ninguna de las formas. Y es que realmente se trata de una coma indeseable. ¿Por qué? Porque cuando se utiliza entre el sujeto y el verbo confunde al leer un texto, ya que obliga a hacer una pausa innecesaria que corta el fluir natural de una oración.
Ejemplos incorrectos
- La mujer, cambió de asiento porque aquel hombre le resultaba desagradable.
- Mis padres y mis abuelos, me visitaron anteayer.
- El que no corre, vuela.
Ejemplos correctos:
- La mujer cambió de asiento porque aquel hombre le resultaba desagradable.
- Mis padres y mis abuelos me visitaron anteayer.
- El que no corre vuela.
¿Notas la diferencia en el primer ejemplo? Entre el nombre femenino «mujer» y el verbo «cambió» no es necesario realizar una pausa al leer. Por tanto la coma sobra, ¡ponerla debería estar condenado por la ley!
Asimismo, se denomina como «coma criminal» a la que separa el verbo del complemento directo (también llamado objeto directo).
Ejemplo incorrecto:
- Marta compró, un periódico.
¿Y la excepción que confirma la regla ?
Por supuesto, como buena regla que se precie de tal la de la «coma criminal» tiene su preciosa excepción.
Efectivamente, el Diccionario panhispánico de dudas nos dice que cuando el sujeto es una enumeración que finaliza con «etcétera» o «etc. » la coma ha de ponerse sí o sí delante del verbo.
Ejemplo correcto:
- Los niños, los profesores, los amigos, etc., comieron el riquísimo pan que la madre había elaborado para ellos.
- Las flores amarillas, rojas, azules, etcétera, reflejaban en sus pétalos los rayos del sol.
¡Atención a los vocativos!
No confundas la «coma criminal» con los vocativos. Los vocativos aluden al interlocutor. Se utilizan para dirigirse a él explícitamente.
Ejemplo correcto:
- Julio, trae la cerveza que nos estamos quedando con la nevera vacía.
- Platón, el filósofo griego, fundó la Academia.
- Esa palabra, hijo mío, sobra si lo que pretendes es parecer educado.
Otro mal uso de la coma
Asimismo, también debería llamarse «coma criminal» a aquella que se coloca incorrectamente y puede cambiar completamente el significado de una frase. Aunque puede parecer un error menor, en algunos casos puede tener consecuencias importantes, especialmente en textos legales o técnicos.
Aquí tienes un ejemplo para ilustrar cómo una coma puede cambiar el significado de una frase:
- «No, quiero comer.»
- «No quiero comer.»
En la primera frase, la persona está negando una declaración anterior y diciendo que sí quiere comer. En la segunda frase, la persona está diciendo que no tiene ganas de comer. En este caso, la posición de la coma cambia completamente el significado de la frase.
Este tipo de errores puede «asesinar» el significado original de una frase. Sin embargo, en la mayoría de los contextos informales, el uso incorrecto de la coma probablemente no causará malentendidos graves, pero en textos formales es importante prestar atención a la correcta puntuación.
Referencias:
¿Has visto? Es muy simple dejar de utilizar la «coma criminal». ¿Te unes a mi campaña de correcciones? ¿Me acompañas a corregir a quienes la usan mal?, pero eso sí, que sea siempre con educación, paciencia y buenos modos.
Articulo muy esclarecedor. Así como en los ejemplos de los Vocativos si no pones la coma cambia el sentido de la frase, en la coma entre sujeto y verbo, hay que tener mucho cuidado.
Gracias por la lección.
Muchas gracias a ti, José Miguel, por hacerme saber tu opinión.
¡Saludos!